viernes, 23 de octubre de 2015

Microrrelato Laguna Estigia

El barquero asomó la cabeza por un lado del bote. La aguas se tornaban más y más oscuras a medida que se acercaban a la otra orilla. Miró a su pasajero, un hombre raquítico y mal vestido. Sus ojos miraban en todas direcciones y sus manos no dejaban de temblar.
¿Qué habría hecho aquel desdichado para merecer tan miserable destino? ¿Tendría razones propias que justificasen sus actos? Se sintió condenado a portar las almas, de personas cuyas vidas no habían sido juzgadas con discernimiento, a un paraíso divino, o por el contrario, a una tortura eterna.
La responsabilidad que aquello conllevaba ejercía tal fuerza en la mente de Caronte, que se quedó allí, hundido en sus pensamientos, entre dos aguas.



"El Paso de la Laguna Estigia." -Patinir



2 comentarios:

  1. Está muy bien descrita la situación, y la manera de plantear el final es muy original

    ResponderEliminar